La ansiedad es una respuesta de anticipación involuntaria del organismo frente a estímulos externos o internos, como pensamientos, ideas, imágenes, etc., que son percibidos por el individuo como amenazantes y/o peligrosos.
Las personas que padecen de ansiedad sienten una preocupación intensa, excesiva y persistente, y son temerosas para todas las situaciones de la vida diaria. A menudo, los trastornos de ansiedad se manifiestan con episodios de sentimientos repentinos de ansiedad intensa y miedo o terror que llegan a su máximo en solo unos minutos (ataques de pánico).
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Estas sensaciones de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias, son difíciles de controlar y desproporcionadas si las comparamos con el peligro real, y pueden durar por largo tiempo.
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Los signos y síntomas frecuentes de la ansiedad comprenden los siguientes:
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Sensación de nerviosismo, agitación o tensión
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Sentimiento de peligro próximo, pánico o fatalidad
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Aumento en la frecuencia cardíaca
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Respiración rápida (hiperventilación)
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Sudoración
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Temblores
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Debilidad o cansancio
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Problemas para concentrarse o pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual
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Problemas para dormir
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Problemas gastrointestinales
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Problemas para controlar la preocupación
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Necesidad de evitar cosas que provocan ansiedad
Existen varios tipos de trastornos de ansiedad:
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El trastorno de ansiedad a causa de una enfermedad consta de síntomas de gran ansiedad o pánico que son consecuencia directa de un problema de salud física.
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El trastorno de ansiedad generalizada consiste en sentir ansiedad y preocupación persistentes y excesivas por ciertas actividades o situaciones, incluso cuestiones ordinarias y rutinarias. La preocupación es desmedida en comparación con la circunstancia real, es difícil de controlar y afecta al estado físico. Por lo general, ocurre junto con otros trastornos de ansiedad o depresión.
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El trastorno de pánico implica episodios repetidos de sentimientos repentinos de gran ansiedad y miedo o terror que alcanzan un pico en un lapso de pocos minutos (ataques de pánico). Es posible que sientas que algo muy malo va a suceder pronto, que tengas dificultad para respirar, te duela el pecho o el corazón se acelere con aleteos o golpeteos (palpitaciones cardíacas). Estos ataques de pánico pueden generarte preocupaciones por la posibilidad de que pudieran volver a ocurrir o puede hacer que evites situaciones en las que han ocurrido.
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Las fobias específicas se caracterizan por sentir gran ansiedad cuando te expones a objetos o situaciones específicos; además, conllevan un deseo de evitar dicha exposición. Las fobias provocan ataques de pánico en algunas personas.