Las asociaciones de salud mental: una lucha diaria contra los estigmas
- Aldrin Jhay Galvan y Laura Hernández
- 10 may 2018
- 9 Min. de lectura
Los trastornos mentales acarrean prejuicios que están muy arraigados en la sociedad aún a día de hoy. Para conocer cuáles son estas opiniones que se forman inmotivadamente de antemano y qué hacen las entidades para combatirlas hemos hablado con Hernán María Sampietro. Él es Psicólogo Social y miembro y coordinador de la asociación ActivaMent.

Aldrin Jhay entrevistando a Hernán Sampietro / Laura Hernández
Uno de los objetivos de ActivaMent es luchar contra el estigma de personas que han sido diagnosticadas de un trastorno mental. ¿Cómo lo hace?
Mediante diferentes proyectos que intentan atender tanto al estigma social como al autoestigma. Es fundamental que estas personas se encuentren con otras que tienen su mismo diagnóstico o similar y que siguen con su vida. Hay muchas ideas erróneas sobre cómo son: prejuicios de incapacidad, de irrecuperabilidad, de infantilización, etc. Por eso, tratar con otras personas con un problema de salud mental y que llevan una vida como el resto de la población ayuda mucho.
También hay programas orientados a ese objetivo. Este es el caso del Projecte de Sensibilització Comunitària, en el que un equipo de sensibilización da charlas basadas en experiencias de vida. El proyecto se trabaja con niños y adolescentes, periodistas y futuros profesionales que están estudiando enfermería, psicología o psiquiatría.
¿Cuáles son los resultados de esta lucha? ¿Aún está presente el estigma?
Sí, por supuesto. Es una lucha de largo recorrido. En ese sentido nos comparamos con el colectivo LGTBI, que 50 años atrás eran considerados enfermos y además era delito pertenecer a él. Ahora lo que es delito es la homofobia, pero se lo han tenido que currar durante medio siglo. Nosotros comenzamos las campañas a nivel local 5 o 6 años atrás y sí que se están consiguiendo cambios. Cada vez se valoran más las personas con problemas de salud mental. No hace mucho, Iniesta explicó que pasó por una depresión. Esto en otras épocas hubiera sido impensable.
¿Cómo afecta el autoestigma en este proceso?
Mucho. Llega un momento en que sabes lo que te está pasando y no vas a pedir ayuda por miedo a las consecuencias sociales, sobre todo a las del ámbito laboral por tener un diagnóstico, un ingreso o tomar una medicación.
¿Qué papel juegan los movimientos asociativos en la visibilización y lucha contra el estigma?
Gracias a estos movimientos las personas con problemas de salud mental pueden compartir su experiencia y, a su vez, ver que hay otras en su misma situación o en una parecida. Es más convincente si alguien en primera persona te dice que, a pesar de su trastorno mental, sigue con su vida normal que si te lo dice alguien que no lo ha vivido, simplemente como un mensaje.
Por otro lado, si no fuera porque hay un movimiento organizado no tendríamos representación política. En consecuencia, no habría tampoco una línea estratégica de derechos en salud mental en los planes del Departamento de Salud.
¿Qué relación tiene ActivaMent con otras asociaciones? ¿Cómo colaboráis entre vosotras?
De muchísimas maneras. Un ejemplo son los talleres de contacto social en los que personas con y sin un diagnóstico se reúnen en espacios comunitarios como centros cívicos, casales de barrio o ateneos. Las actividades se hacen en grupos y tienen que ver con la salud, la creatividad, el bienestar, el crecimiento personal… no con la patología. Varias entidades trabajamos con este modelo y estamos organizadas en la Xarxa Sense Gravetat.
¿Qué personas pueden participar en estos grupos de apoyo mutuo?
Toda persona que pase o haya pasado por un problema de salud mental o un sufrimiento psíquico y que se posicione hablando en primera persona desde su experiencia de vida. En ActivaMent no pedimos un diagnóstico, ya que conseguirlo puede llevar meses o requerir un largo proceso.

Hernán recogiendo después de un Grupo de Apoyo Mutuo / Laura Hernández
¿Qué importancia tiene esta figura del ‘par’?
Es fundamental porque te permite ver un reflejo de tu persona que no existe en otro sitio. Encontrar gente que ha estado en la misma situación que tú y saber que lo ha superado te sirve para darte cuenta de que no vas a permanecer así para siempre. Además, si tú también sirves de referencia para otros, podrás compartir tus experiencias como un bagaje de vivencias útil para ti y para los demás.
El pasado mes de abril, ActivaMent, junto con la Federació Salut Mental Catalunya y la Federació VEUS, ofreció una formación en salud mental y sus estigmas. ¿Qué importancia tienen este tipo de charlas?
Esa formación específica estaba orientada a los que están haciendo la residencia para ser psiquiatras, psicólogas clínicas y enfermeras de salud mental. Uno de los temas tratados fue el estigma, pero también se habló del empoderamiento de derechos, la recuperación y el apoyo mutuo. La charla consistió en la formación conceptual sobre esos temas y, posteriormente, en talleres vivenciales.
Este tipo de formaciones suelen ser las clases mejor valoradas de todo el año en las evaluaciones y están dentro de la formación obligatoria de los futuros profesionales de salud mental.
Una de cada cuatro personas tiene o tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pese a ello, ¿por qué los trastornos mentales siguen siendo un tema tabú en la sociedad?
Cada vez lo son menos, pero es cierto que siguen siendo un tema tabú por los prejuicios arraigados relacionados con la culpa y la vergüenza. También hay una dimensión moral: generalmente se cree que es algo malo que se tiene que ocultar. Ponerlo en la agenda pública es uno de nuestros objetivos para que se hable del tema.
“Los trastornos mentales son un tema tabú por los prejuicios relacionados con la culpa y la vergüenza: se cree que es algo malo que se tiene que ocultar”
Obertament publicó un informe sobre el tratamiento de la salud mental de los medios de comunicación. ¿Estigmatizan estos los trastornos?
Sí, mucho. Muchas veces relacionan problemas de salud mental con peligrosidad y confunden los trastornos con incapacidad intelectual o los asocian a la genialidad. En series como Mentes Peligrosas, por ejemplo, todos los personajes conflictivos tienen un diagnóstico de salud mental. Además, la correlación que hacen es de causalidad: identifican el hecho de tener un trastorno mental como la causa de muchos crímenes, pero es falso. Por otro lado, si las personas que cometen un crimen tienen un diagnóstico, los medios lo dicen. En cambio, otras condiciones no las mencionan. Pasa lo mismo cuando el asesino es negro: si es blanco o cristiano no lo especifican, pero si es de tez morena, sí.
¿Cómo afectan los prejuicios en el acceso al tratamiento? ¿Hay problemas a la hora de pedir ayuda?
Sí que hay, pero no es solamente una cuestión de prejuicios, ya que los tratamientos coercitivos están bastante mal organizados. Hay personas que van a pedir ayuda, lo que se puede convertir en un ingreso involuntario. No saben cuándo saldrán, los pueden atar, medicar y hasta poner cámaras en la habitación. Todavía hay que hacer un cambio bastante grande. Hay prejuicios, pero es que algunos son ciertos. Por eso hay gente que llega tarde a pedir ayuda, cuando ya está en un momento crítico: en una crisis, un brote, después de un intento de suicidio… Cuesta mucho.
Expresiones como “Estoy depresivo” o “Eres bipolar” se usan como algo cotidiano. Pero ¿qué trastornos mentales son los más banalizados?
Casi todos. La expresión “borde”, por ejemplo, del borderline personality disorder, es uno de los más banalizados. También “esquizofrénico”, que se usa como un insulto, sobre todo en contextos políticos.
Según datos de la OMS, en los últimos 25 años la depresión y la ansiedad se han disparado y han aumentado entre los adolescentes. ¿Esto se ha visto reflejado en las organizaciones?
ActivaMent no trabaja con menores, pero la atención a la salud mental juvenil sí que ha incrementado muchísimo. Cada vez más niños y adolescentes son diagnosticados de problemas de salud mental, pero no solamente de depresión o ansiedad. Por otra parte, estos dos trastornos no solamente se han visto elevados en esta franja de la población, sino en todas. La tercera causa de discapacidad más habitual a nivel mundial es la depresión.
Obertament también ha recopilado que casi el 19% de los adolescentes y jóvenes con un trastorno mental han estado discriminados por el profesorado, y el 30%, por parte de los compañeros. ¿Cuánto de importante es contar con un entorno que entienda el diagnóstico?
Es fundamental. Cuando hablamos de entorno, nos referimos a tres ámbitos. En primer lugar, se encuentra el entorno familiar o próximo, que es el más básico. Después existe el entorno más amplio, el de la comunidad, y, por último, el entorno del apoyo mutuo. Todos ellos son cruciales, ya que la exclusión por parte de un entorno agrava los trastornos. Por ejemplo, el 85% de las personas con un diagnóstico de trastorno mental severo no incapacitada laboralmente está en paro.

El psicólogo respondiendo las preguntas de los entrevistadores / Laura Hernández
Desde ActivaMent también ofrecéis apoyo a las personas con identidades trans e intergénero para que dejen de ser consideradas enfermas mentales. ¿Cómo participáis en esta lucha?
Indirectamente. Visibilizando toda la lucha, creando espacios de debate, participado en sus actividades, apoyando su manifiesto… La idea es que tengan derechos: que puedan decidir sobre su sexualidad sin ser etiquetadas como personas con enfermedades mentales.
También intentamos trabajar la interseccionalidad, es decir, aquellas discriminaciones que nos afectan transversalmente. El tema de que una persona no pueda decidir su identidad porque esto tenga que llevarla a autodefinirse como enferma es una forma de violencia institucional contra la que pretendemos acabar.
En relación con la crisis, ¿han afectado los problemas socioeconómicos que se han derivado de ella en la salud mental de la gente?
Evidentemente. La idea de que la salud mental es solo un problema del cerebro no tiene sentido. Las condiciones sociales y de existencia son fundamentales para la salud mental. Por ejemplo, la ansiedad o la depresión están correlacionadas perfectamente con problemas de exclusión social.
El año pasado se manifestó la necesidad de desplegar en Cataluña la totalidad de los servicios públicos de atención a la salud mental. ¿Ha habido algún cambio desde entonces?
En Cataluña nos encontramos en un contexto muy peculiar. El 2017 fue el año en el que más presupuesto se destinó a la salud mental desde hacía más de una década, pero todo cambió con la aplicación del artículo 155. Desde entonces, hay mucha incertidumbre y muchas ayudas han quedado paradas.
“El 2017 fue el año en el que más presupuesto se destinó a la salud mental, pero todo cambió con la aplicación del artículo 155”
Entonces, ¿no ha habido ningún cambio?
Es difícil. Desde la administración pública participan y colaboran cada vez más con los movimientos asociativos en primera persona o de familiares. La integración entre los servicios públicos y las redes asociativas es progresiva y se está planteando un cambio de modelo. La dificultad viene porque, si veníamos de un contexto neoliberal de recortes en sanidad, ahora tenemos un contexto de intervención directa de los recursos desde fuera.
Ya en una panorámica general, ¿dónde nos situamos respecto a otros países europeos en cuanto a modelos de atención en salud mental?
Existen tres bloques: el mundo anglosajón, los países nórdicos y el resto de Europa. En el resto de Europa estamos muy bien solo en Cataluña. Se está trabajando para que se introduzcan derechos como la Ley Estratégica de la atención en Salud Mental y hacer un cambio de modelo biomédico que, en lugar de centrarse en el control de síntomas y la farmacología, ponga el foco en el bienestar personal y el desarrollo de la vida satisfactoria para la propia persona. También está la cuestión de reducir o eliminar las intervenciones coercitivas. España es uno de los 170 países que firmó el Convenio de Naciones Unidas sobre personas con discapacidad y no lo está cumpliendo.
Cataluña tiene un proyecto de Contención Mecánica 0 para el año 2025, que propone cambiar desde la arquitectura de los espacios hasta el perfil de los profesionales que trabajan. Si conseguimos llegar hasta allí, podremos equipararnos, tanto en modelo de recuperación como en atención basada en derechos, a los países anglosajones y nórdicos.
El camino hacia la erradicación del estigma es largo y aún queda mucho por conseguir. Por eso, las asociaciones batallan día a día para acabar con los diferentes prejuicios que rodean a los trastornos mentales. Esta es una lucha que siguen combatiendo desde diferentes vertientes y que resulta necesaria para la normalización de los problemas de salud mental y para la recuperación de las personas que los sufren. ActivaMent es un ejemplo de ellas y no parará hasta lograrlo.
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EXPERIENCIAS EN PRIMERA PERSONA
María Isabel Cerezo
María Isabel tiene problemas de salud mental desde los doce años y ha intentado suicidarse en una ocasión. Colabora con ActivaMent participando en las charlas y en los talleres de sensibilización porque le “ayuda a identificarse”.
María Isabel cuenta que aportar su propia experiencia a otras personas con problemas de salud mental les ayuda a darse cuenta que pueden llegar a llevar una vida estable. El acompañamiento que ofrecen las asociaciones de salud mental son una parte fundamental de la recuperación del enfermo, comenta. Desde estos grupos se intenta apoyar a quienes atraviesan un momento difícil y necesitan compañía tanto para ir a tomar un café como para ir al médico.
Para ella es fundamental contar con un entorno que entienda su diagnóstico. “Yo no estaría tan bien si no fuera por mi entorno familiar: mi pareja y mis hijos, que son los que me entienden y me saben llevar. Por ejemplo, hoy no quería venir al Grupo de Ayuda Mutua, pero mi hijo me ha convencido porque hacía dos semanas que no asistía. Con mis padres no hablo de este tema: son mayores y lo llevan de otra manera”, explica.
María Isabel nos cuenta por qué decidió ella colaborar con una asociación:
Sira Homs Bove
Aldrin Jhay Galvan y Laura Hernández
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